La directora del Instituto de Investigaciones Bibliográficas (IIB) de la UNAM, María Andrea Giovine Yáñez, considera que las bibliotecas son faros del conocimiento ante la volatilidad de los datos, especialmente en un momento en el que las fake news y las redes sociales difunden ideas superficiales. Esto a pesar de que la IA ha cambiado la forma en que adquirimos información.

En honor al Día Nacional del Bibliotecario, la licenciada en Letras hace una reflexión sobre la importancia de los bibliotecarios como custodios del saber y el conocimiento, los cuales deben seguir siendo la base de la sociedad.

En una entrevista, destaca que estas instituciones son una garantía de que el conocimiento ha sido sometido a algún tipo de legitimación editorial y que ellas y ellos son los custodios de esos conocimientos. En los últimos tiempos, han tenido que cambiar su trabajo de un mundo enfocado en lo físico a otro más digital. Esto les ha planteado numerosos desafíos.

La experta en cultura impresa y visual cree que todas las disciplinas se han visto afectadas por la tecnología, y su trabajo se encuentra entre ellas. Siempre se prepararon para vivir en un entorno hecho para el papel, con papeletas físicas y depósitos, pero ahora han agregado a sus actividades la digitalización y la preservación, que son más complicadas porque requieren electrónica o metadatos, software, etcétera.

Aclara que aunque hay momentos en los que se teme que la tecnología nos superará o rebasará, lo que está sucediendo es un cambio de funciones.

Señala que las técnicas digitales no sustituyen a la consulta física de materiales, sino que coexisten con ellos y cada uno representa desafíos, situaciones específicas y progresos, por lo que deben tener esa perspectiva.